8 de diciembre de 2012

Carta de Borís Spassky a George Bush en defensa de Bobby Fischer, tras ser detenido en Japón y exigir Estados Unidos su extradición

Señor Presidente,

En 1972 Bobby se convirtió en héroe nacional. Me vapuleó en la partida de Reikiavik. La hegemonía soviética en ajedrez colapsó. Un hombre contra todo un ejército. Poco después Fischer dejó de jugar. Repitió la triste historia de Paul Morphy. A los 21 años de edad, el legendario Paul había batido a los principales maestros europeos y se convirtió en el campeón extraoficial. Dejó de jugar y finalizó su trágica vida a la edad de 47 años en New Orleans en 1884.
 
En 1992, veinte años después de Reikiavik, hubo un milagro. Bobby resucitó y jugamos una partida en Yugoslavia. Pero en aquel entonces había sanciones contra Yugoslavia; se prohibía a los ciudadanos estadounidenses cualquier clase de actividad en el territorio de ese país. Bobby violó las instrucciones del Departamento de Estado. Fue objeto de un pedido de arresto expedido el 15 de diciembre de 1992 por la Corte de Distrito de los EE UU. En cuanto a mí, como ciudadano francés desde 1978, no recibí ninguna sanción de mi gobierno.

Desde el 13 de julio de 2004, Bobby ha estado detenido en el aeropuerto de Narita por infracciones inmigratorias. Los hechos subsiguientes han sido descritos por los medios.
Esta claro que la ley es la ley. Pero el caso de Fischer no es común. Soy un viejo amigo de Bobby desde 1960, cuando jugamos en Mar del Plata y compartimos los dos primeros puestos. Bobby es de una personalidad trágica. Lo comprendí en aquel entonces. Es un hombre honesto y de buena naturaleza. Absolutamente no social. No es adaptable a los estándares de vida de todo el mundo. Tiene un sentido de la justicia muy alto y no está dispuesto a aceptar compromisos ni con su propia conciencia ni con la gente de su alrededor. Es una persona que hace casi todo contra sí mismo.
No me gustaría defender ni justificar a Bobby Fischer. Él es quien es. Solamente pido una cosa. Y es merced, caridad.

Si por alguna razón eso es imposible, me gustaría solicitarle a Ud. lo siguiente: Por favor corrija el error del presidente François Mitterrand en 1992.

Bobby y yo cometimos el mismo crimen. Aplique sanciones también contra mí. Arrésteme. Y póngame en la misma celda de Bobby Fischer. Y proporciónenos un tablero de ajedrez.

Borís Spasski,
10º Campeón del mundo de ajedrez (7 de agosto de 2004)

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